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Pomata – En la iglesia Santiago Apóstol de Pomata, provincia de Chucuito, un hecho singular marcó el inicio de la labor del nuevo párroco designado por la prelatura de Juli. Durante su presentación, el sacerdote se arrodilló frente a los feligreses en señal de humildad y pidió ser acogido por la comunidad, en un intento de calmar el malestar que generó el sorpresivo relevo parroquial.
El cambio fue dispuesto por el obispo de la prelatura de Juli, monseñor Ciro Quispe López, quien ordenó el retiro del párroco anterior a pocas semanas de la festividad de la Virgen del Rosario, patrona de la localidad. Esta decisión generó indignación entre un sector de la feligresía que considera que la medida no tomó en cuenta el sentir de la población.
Los fieles, que acudieron al templo ayer sábado, vivieron momentos de tensión. Mientras algunos expresaron abiertamente su rechazo al retiro del sacerdote saliente, otros optaron por escuchar al nuevo párroco y su gesto de humildad, interpretado como un signo de voluntad para integrarse a la comunidad.
“Pedimos que se respete a nuestra iglesia y a nuestras tradiciones. No nos consultan y toman decisiones de manera unilateral”, señaló un grupo de feligreses indignados. Mientras tanto, crece la incertidumbre por la realización de las actividades en torno a la festividad patronal se aproxima y que la devoción a la Virgen del Rosario no debería verse empañada por disputas internas.
La tensión ocurre en un contexto sensible. En los últimos meses, los pobladores de Pomata han expresado críticas hacia la administración eclesiástica, reclamando mayor diálogo y cercanía de las autoridades religiosas. El cambio de párroco, en este escenario, reavivó la discusión sobre la relación entre la prelatura y las comunidades.
De momento, el sacerdote designado continuará en funciones y tendrá a su cargo la organización de las celebraciones religiosas programadas para octubre. La comunidad se mantiene a la expectativa de cómo se desarrollará su gestión y si logrará superar la resistencia inicial para ganarse la confianza de los fieles.