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Puno – La reciente resolución del Concejo Municipal de Mariscal Nieto, que dispone la incorporación de los centros poblados de Aruntaya y Titire al distrito de Carumas, en la región Moquegua, ha reavivado el conflicto limítrofe con Puno.

Ambos centros poblados, ubicados en la zona de frontera entre Puno y Moquegua, han sido históricamente parte del territorio puneño, lo que convierte la medida en un nuevo punto de controversia en la larga disputa que ya supera dos décadas sin solución definitiva.

Milton Cariapaza calificó la decisión como una “provocación y consolidación de invasión”, advirtiendo que detrás de este interés estarían los recursos hídricos y minerales de la zona.

La controversia territorial no solo enfrenta a autoridades, sino también genera preocupación en las comunidades afectadas, que reiteran su identidad puneña y su rechazo a la anexión. La falta de una política clara del Estado para la delimitación de límites mantiene el problema abierto y con riesgo de derivar en enfrentamientos sociales.

En Puno, la medida ha sido vista como una consecuencia de la inacción de las autoridades locales y regionales, mientras Moquegua continúa tomando decisiones unilaterales para consolidar su presencia en la zona en disputa.