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Escribe: Javier Zúñiga Javier.zuniga@punosinfiltro@oriz.pe

Puno – El distrito de Zepita, en la provincia de Chucuito, Puno, alberga un tesoro histórico en estado crítico: el templo San Pedro, una joya arquitectónica de los siglos XVII y XVIII construida por los jesuitas. Este imponente edificio, testigo silencioso de siglos de historia y cultura andina, se encuentra en un preocupante estado de deterioro, amenazando con perderse para siempre parte invaluable del patrimonio cultural peruano. Ante esta situación, el alcalde Gerardo Zapana Rondón ha lanzado un urgente llamado a las autoridades nacionales y a la comunidad para asegurar su restauración.

El templo San Pedro no es solo una estructura de piedra y cal; es un testimonio vivo de la historia de Zepita, un distrito con una rica tradición que se remonta a la época colonial. Sus muros guardan la memoria de la Batalla de Zepita, uno de los últimos enfrentamientos de la guerra de independencia peruana en 1823, un hecho crucial en la forja de la identidad nacional. Además, el templo conserva en su interior valiosos vestigios del pasado, como pinturas y murales rupestres que aún esperan ser estudiados y restaurados. Su rescate no solo implica la preservación de la arquitectura colonial, sino también la recuperación de un capítulo fundamental de la historia regional y nacional.

«El expediente técnico para la restauración ya ha sido aprobado, superando un arduo proceso de evaluación por las autoridades regionales y locales. Sin embargo, el proyecto se encuentra a la espera de la aprobación final del Ministerio de Cultura y la asignación de fondos por parte del Ministerio de Economía. Se estima que la inversión necesaria para la completa restauración del templo asciende a 11 millones de soles, una inversión que, sin duda, representa una pequeña fracción del valor histórico e inmaterial que se preservará».

La restauración del templo San Pedro no es solo una necesidad para la preservación del patrimonio material; es una oportunidad para revitalizar las tradiciones culturales de Zepita. La iniciativa se alinea con los esfuerzos para promover el turismo cultural en la región Puno, generando oportunidades económicas para la comunidad y fortaleciendo la identidad local. La recuperación de este espacio histórico puede convertirse en un motor de desarrollo sostenible, atrayendo visitantes interesados en la historia, la arquitectura y la cultura andina.

Paralelamente a la urgencia de la restauración del templo, Zepita celebra anualmente la festividad de San Pedro y San Pablo, una ocasión que resalta la riqueza cultural de la región. En esta festividad, se realizan danzas tradicionales como las «Choq’elas» y los «Kusillos», manifestaciones culturales en riesgo de desaparecer. Estas danzas, con sus trajes coloridos y sus movimientos que representan la fertilidad de la tierra y la abundancia de la cosecha, son un testimonio de la vitalidad cultural de Zepita, y su preservación es tan importante como la del templo mismo. La «Caza del Wari», una representación teatral de la caza de la vicuña, es otro elemento destacado de la festividad, donde la captura simbólica del animal se interpreta como un augurio para la cosecha del año siguiente.

La restauración del templo San Pedro y la preservación de las danzas tradicionales de Zepita son dos caras de la misma moneda: la necesidad urgente de proteger el patrimonio cultural de Puno. Se trata de una inversión en la memoria colectiva, en la identidad regional y en el futuro de las generaciones venideras. El llamado del alcalde Zapana Rondón es un llamado a la acción para las autoridades nacionales, para los organismos culturales y para toda la sociedad peruana: no permitamos que la historia se derrumbe junto con las piedras del templo San Pedro. Es tiempo de actuar, de invertir en la cultura y de asegurar que este invaluable patrimonio siga vivo para las futuras generaciones.