Ilave, El Collao, Puno – La situación en Ilave es crítica. Las protestas contra el Obispo de Juli, Ciro Quispe López, han escalado a un nivel de tensión extrema, con ciudadanos encadenados en las puertas de la parroquia San Miguel Arcángel exigiendo su destitución al Vaticano y a las autoridades eclesiásticas de Lima.

A esta medida extrema se suman una serie de graves denuncias anteriores que involucran al prelado en escándalos relacionados con bebidas alcohólicas, mujeres, y otros actos considerados inapropiados para un líder religioso.

Carteles de repudio al Obispo amanecieron en casi todas las viviendas de la ciudad, reflejando un profundo descontento popular. Las críticas se centran en supuestos malos manejos administrativos y decisiones cuestionables dentro de la Iglesia, incluyendo el traslado arbitrario de sacerdotes considerados idóneos por la comunidad.

Una devota del Santo Sepulcro denunció el reemplazo de curas locales por religiosos extranjeros. Otros manifestantes exigen explicaciones sobre la gestión de fondos recaudados durante la colecta «Respira Collao», planteando sospechas de malversación de recursos durante la pandemia de coronavirus.

La protesta, que comenzó temprano en la mañana, ha ido intensificándose a lo largo del día. Los manifestantes acusan al Obispo de remover sacerdotes que no siguen sus instrucciones, generando vacíos en la atención pastoral y afectando la vida religiosa de la comunidad.

Los encadenamientos en la parroquia, junto con las nuevas y graves denuncias, representan una escalada significativa en la tensión, con la población exigiendo una respuesta inmediata y contundente a sus demandas. La situación en Ilave permanece altamente incierta y bajo una fuerte presión social.